Generalmente en invierno bajan los niveles de vitamina D en el cuerpo, pero puede que esto se intensifique aún más en este periodo que estamos más en casa, ya que no todos cuentan con una terraza o un jardín para estar al menos unos minutos al día expuestos al sol. Y es que, la luz solar es la principal fuente de vitamina D para las personas, cuya sintetización en la piel depende de la exposición a la radiación solar UV y de la eficiencia de la síntesis cutánea.
Los nutrientes de la vitamina D están presentes en algunos alimentos como el pescado, que es rico en ácidos grasos de Omega 3, especialmente el salmón y el atún. También en los mariscos, los huevos, los lácteos, el hígado, vegetales verdes y frutos secos. Teniendo este elemento en nuestro cuerpo, la vitamina se activa a través de un precursor que se encuentra en la piel, el cual es activado por los rayos UV.
La vitamina D es esencial para el sistema nervioso, muscular e inmunitario, ya que incorpora y mantiene el calcio en los huesos, regula los niveles fósforo, y además reduce el riesgo de infecciones, gracias a que disminuye las tasas de replicación viral y baja las concentraciones de moléculas llamadas citoquinas pro-inflamatorias, las cuales producen la inflamación de los pulmones y que conducen a la neumonía.
El déficit de vitamina D también se asocia a padecer patologías cardiovasculares e incluso patologías del estado de ánimo como la depresión. Esta es la relevancia de la vitamina D en nuestro organismo, especialmente en tiempos de coronavirus. Por ello, expertos recomiendan exponerse a la luz solar por aproximadamente 20 minutos al día, tres veces a la semana, y si no es posible al aire libre, cerca de una ventana.
Un grupo vulnerable que tiende a poseer bajas tasas de esta vitamina en la sangre son los adultos mayores. Esto se explica dado que tienen menos capacidad en el organismo para producir colecalciferol -nutriente que compone la vitamina-, sumado al hecho de que tiendan a exponerse menos a los rayos UV. Para aquellas personas que presentan déficit de vitamina D, se recomienda consumir suplementos vitamínicos, pero fiscalizado por un médico, para que le indique las cantidades y frecuencia con la debe consumirlos.
En definitiva, considerando todos los beneficios que otorga esta vitamina, es esencial mantener una dieta balanceada que contenga alimentos ricos en este nutriente, especialmente este tiempo en que muchos no podrán exponerse lo suficiente a los rayos solares. De lo contrario, este mineral no será absorbido por los huesos, lo que puede llevar a pérdida de la masa ósea haciéndonos propensos a enfermedades como la osteoporosis.
Cada estación tiene lo suyo y si hay algo que a todas las mujeres nos incomoda durante el invierno, es que nuestro cabello se reseca más de lo normal y muchas veces no sabemos cómo controlar el frizz característico de la época.
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